“Twitter no es una red social, es una plataforma de comunicación”, así lo describió el propio fundador de este servicio de microblogging, Jack Dorsey, en una entrevista para EL PAÍS hace unos años. Hoy, muchos los utilizan para compartir sus vivencias, pero los que realmente siguieron los consejos de uno de sus creadores se aprovechan de esta herramienta de comunicación instantánea y totalmente universal. Twitter abre miles de posibilidades a empresas; les permite el análisis de las tendencias, les proporciona una información personalizada, les ofrece todo tipo de datos sobre la competencia y por supuesto, una total libertad para difundir sus propios contenidos.
Por otro lado, cada vez son más los políticos, periodistas, cantantes y actores, que se animan a condensar en 140 caracteres sus opiniones acerca de la situación mundial. Deben callar en sus respectivos puestos de trabajos, pero después pueden desahogarse a la vuelta del curro.
Sin embargo, ¿Twitter durará siempre?
Muchos consideran que se trata de una tendencia que sobrevivirá. En cambio, Evan Henshaw- Plath, el primer contratado por la empresa del pájaro azul que vivió sus inicios pero decidió abandonar, no cree en la inmortalidad de esta herramienta. También confesó para el mismo diario que se trata de “espacios sociales. Como pasa con los barrios, los locales, todo pasa… Otra cosa son los ‘social media’ como medios en sí, al margen de marcas. Eso sí es relevante y seguirá, pero con nuevos actores”.
A pesar de la incertidumbre del futuro, el éxito del presente está garantizado. Twitter aloja perfiles de más de 500 usuarios y recientemente ha arrasado en su estreno en bolsa.
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